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Sunday, August 28, 2016
La rapiña franquista queda al descubierto tras 70 años
ÁNGEL MUNÁRRIZ
Rafael F. Vázquez, párroco de la antigua población de Guájar, en Granada, traza un semblante crudo de la acusada. "Profesa ideas avanzadas", afirma. La suerte de Dolores Mancilla, de profesión sus labores, ya está echada. Pero la apuntala el guardia civil Miguel Aguilera: "Pésima conducta. Votó siempre que fue necesario al Frente Popular". El Tribunal de Responsabilidades Políticas no necesita más para decretar la incautación de sus bienes: tres camas, casa y plantación de almendros. La multa es de 500 pesetas.
Un grupo de 32 investigadores de ocho universidades ha rescatado de los comités de incautación y los tribunales de responsabilidades políticas de Andalucía más de 53.000 expedientes personales como el anterior, acreditativos de la justicia militar totalitaria que el franquismo arbitró hasta el fin de la primera posguerra con curas, falangistas, guardias civiles y alcaldes como delatores. La iniciativa, financiada por la Junta, supone la primera investigación que pone negro sobre blanco la dimensión en una región española del expolio económico, aún hoy el más desconocido de los pilares sobre los que se asentó la represión franquista.
Andalucía ultima el primer informe autonómico completo
"Es el gran tema tabú. Sólo se ha hablado en voz baja", explica Cecilio Gordillo, activista destacado del memorialismo andaluz. Tampoco lo tocó la Ley de Memoria Histórica. Llegada la democracia, los principales partidos y sindicatos sí pactaron la devolución de sus bienes. Pero los particulares pagaron otro de los peajes de olvido de la Transición.
Paqui sabe en qué consiste ese pacto. Fruto de una reclamación ante el Estado, posee un papel remitido por Hacienda que deja bien claro que España no contempla la devolución de bienes incautados a particulares. Pero también tiene otro papel, del Registro de la Propiedad, que demuestra que la casa que tenía en un pueblo de Sevilla su bisabuelo Juan era eso, su casa, o al menos lo fue hasta que le fue incautada tras su asesinato en 1936. "Un hijo suyo aún me pregunta qué pasa con la casa y no sé qué decirle", cuenta Paqui. La mayoría de los que están en su misma situación ni se plantearon intentar recuperar los bienes. En realidad muchos ni siquiera saben que sus familias fueron expoliadas.
Sí hay en marcha una ambiciosa iniciativa colectiva, aunque sin éxito hasta la fecha: la Asociación de Perjudicados por la Incautación del Gobierno Franquista, que desde Catalunya ha reunido a 2.000 afectados. "Hemos dialogado con los partidos, pero sin conseguir compromisos formales. Vamos a seguir hasta el final. Si hace falta, a los tribunales, en España y en Europa", cuenta María Casals, portavoz. La asociación se encarga del dinero incautado en virtud de un decreto de 1938 del Ministerio de Hacienda del Gobierno franquista, con sede en Burgos, que prohibía tener "papel moneda puesto en circulación por el enemigo". Es decir, por la República. Ciudadanos de todo el país acudieron a depositar dinero en el Banco de España y los ayuntamientos. Pese al compromiso del régimen de devolverlo, miles de personas perdieron para siempre su dinero. La asociación pide al Estado cinco euros por cada peseta de la época en que fue ingresado. Los afectados integrados en esta iniciativa poseen recibos demostrativos de la injusticia.
Al margen de las dificultades para la reparación de las víctimas, les queda el consuelo parcial de que el manto de silencio está empezando a descorrerse con algunos datos. En octubre de 1941, los tribunales habían incoado casi 125.000 expedientes de incautación y quedaban unas 100.000 denuncias pendientes, según los datos recopilados por Manuel Álvaro en el libro colectivo La gran represión (2009), coordinado por Mirta Núñez, profesora de la Complutense.
Más de 200.000 familias sufrieron en España la investigación, retención o expolio de sus bienes, según los cálculos más fiables. Y eso en un país que en 1940 rondaba los 26 millones de habitantes. Fernando Martínez, coordinador del proyecto andaluz, cifra en "cerca de 60.000" las personas familias, en realidad afectadas entre 1936 y 1945.
2.000 afectados se han organizado para pedir reparación al Estado
La historiadora Ángela Cenarro, que coordina en Aragón un proyecto similar al andaluz, cifra en unos 13.000 los expedientes abiertos en la región. En Galicia el ambicioso proyecto Nomes e voces también ha abarcado la investigación de la represión económica entre 1936 y 1939. A falta de datos globales, su coordinador, Lourenzo Fernández, destaca la "clara voluntad" del régimen de cebarse con los derrotados, así como otras formas de expolio, como la expropiación de montes comunales.
La rapiña de los sublevados comienza de forma espontánea el mismo 18 de julio del 36 y con el tiempo se va amparando en bandos, decretos y, finalmente, en la Ley de Responsabilidades Políticas de 1939. La maquinaria funcionó a tal ritmo que en 1941 el Tribunal Nacional de Responsabilidades Políticas advirtió de la incapacidad del Estado para contar o gestionar los bienes.
Por ello en 1942 se suavizó la ley, multiplicando los sobreseimientos. En 1945, con el franquismo intentando dulcificar su imagen, cesaron los expedientes, aunque hubo familias que pagaron plazos hasta finales de los 60. Aparte del expolio, el régimen se había hecho con un detallado fichero de rojos y había extendido por toda España una cultura indeleble de miedo y delación.
"Ha sido el gran tema tabú. Sólo se ha hablado en voz baja"
El volumen de bienes incautados y dinero recaudado por multas es difícil de precisar, más cuando hasta el régimen se confesaba incapaz de hacerlo. Pero varios datos dan una idea. En Toledo fue incautada más de la mitad de la propiedad rústica. El total de multas impuestas en Andalucía rondó los cien millones de pesetas de la época, cuando un bancal de tierra para alimentar a una familia podía costar cien pesetas y una casa obrera en un pueblo andaluz, entre 300 y 500.
No todas las multas se pagaban. En Madrid, Álvaro cifra las impuestas en 660 millones, aunque la mayoría fueron sanciones absurdamente altas, más ejemplares que prácticas, a prohombres de la República. "Las que sí se pagaban, y eran demoledoras para las clases medias y bajas, eran las de cientos o miles de pesetas. Y todo el proceso en sí, que suponía la inmovilización de los bienes, era un castigo", cuenta Martínez. Su intención, cuando acabe el estudio, es colgarla en la Red. Que se vea todo: víctimas, delatores, sentencias. Será una pequeña parte comparada con lo mucho que sigue oculto 70 años después.
Emilio Silva, presidente de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica, lamenta que el Estado no haya dado nunca “ninguna facilidad” para el resarcimiento. “A los partidos y los sindicatos sí. Al ciudadano, nada”, denuncia. “Esa puerta nadie se ha atrevido a abrirla. ¿Por qué siempre ese rechazo a invalidar las sentencias de responsabilidades políticas? Porque habría que anular también las multas que ordenaban”, afirma. Silva lamenta la “hipocresía” que supone que “los mismos que argumentan que eso generaría el caos son los que defienden con uñas y dientes la inviolabilidad de la propiedad privada”.
Source: Público (Spain)
http://www.publico.es/espana/rapina-franquista-queda-al-descubierto.html
Tuesday, June 14, 2016
Paul Preston: "Es alucinante que el Gobierno no admita que la dictadura fue ilegítima"
L'hispanista britànic, de qui es publica la versió en còmic de 'La guerra civil española', serà investit 'doctor honoris causa' per la UB aquest dimarts
Sobre Catalunya, l'autor d''El Holocausto español' defensa el dret de la gent a opinar i a expressar la seva voluntat
Anna Abella (@annaabella66)
Lunes, 13 de junio del 2016 - 19:36 CEST
Paul Preston: "Es alucinante que el Gobierno no admita que la dictadura fue ilegítima"
"Es un disparate. Mis colegas se van a reír de mí". Es lo primero que pensó el hispanista británico Paul Preston (Liverpool, 1964) cuando la editorial Debate le propuso llevar al cómic su ensayo 'La guerra civil española', de cuyo guion y dibujo se ha hecho cargo José Pablo García (Málaga, 1982) -autor de 'Las aventuras de Joselito' (Reino de Cordelia)-. "Pero visto el resultado me han felicitado y mi mujer cree que es fantástico para llegar a más lectores", admite el historiador en su perfecto catalán y recién llegado de Londres para ser investido hoy doctor honoris causa por la Universitat de Barcelona.
Preston prepara un libro que se centra en la violencia social -que menguó con la democracia-, la corrupción y la incompetencia de los políticos desde la Primera República hasta hoy. "En las dos últimas no se ha evolucionado", certifica el hispanista, que ve "alucinante" que aún tengamos "un Gobierno que no admite que la dictadura fue ilegítima y que Franco fue compañero de Hitler y Mussolini". "Lo más grave -añade- es que la mitad de la población no quiere reconocer las cosas espantosas que pasaron y de las que hablé en 'El Holocausto español".
Preston es claro sobre el entierro de la ley de memoria histórica por parte del PP: "Fomentar el olvido es fomentar la ignorancia y ningún gobierno debe fomentar la ignorancia de sus ciudadanos". "¿Por qué hay tanto franquismo en España? Porque durante 40 años hubo una dictadura que hizo un lavado de cerebro nacional, con un control de los medios y un aparato que imponía el terror. Y la democracia no pudo hacer un contralavado porque la libertad de expresión implica que también el franquismo tiene derecho a expresarse".
CALLES FRANQUISTAS
"No se debe olvidar lo que hicieron Franco y sus asesinos -opina ante el debate de los símbolos franquistas-. Si una calle se llama general Yagüe no hay que cambiarla, sino escribir debajo: ‘Responsable de la matanza de Badajoz’. Hay que recordar salvando los sentimientos de las familias de las víctimas. Es vergonzoso que el Gobierno no haga algo con las fosas comunes".
Sigue Preston defendiendo la transición. "Hay quien la critica por no haber sido suficientemente revolucionaria, pero fue un pequeño milagro. Al morir Franco había auténtico terror. A las Fuerzas Armadas, que no nos defendían del enemigo exterior sino que buscaban al enemigo interior. Había 200.000 falangistas con licencia de armas, la guardia civil, los grises... La izquierda asumió un compromiso para el cambio porque aún había peligro".
Pero asume que se erró con el 'café para todos'. "El Estado de las autonomías se hizo con la ambición de diluir la nacionalidad catalana". "Luego, en el 2006 -sigue-, si Madrid no hubiera sido tan intransigente con la reforma del Estatut, se habría resuelto parte del problema de Catalunya. Yo estoy a favor del derecho de la gente a expresar su voluntad y opinar". En el caso de Escocia, admite que habría sentido "una gran tristeza" si se hubiera independizado. "Pero hay grandes diferencias. Allí no había trabas legales y el Gobierno inglés permitía la consulta. Aquí hay una Constitución escrita (que se puede reescribir). Escocia es una de las partes más pobres de Inglaterra y Catalunya una de las más ricas de España. Pero en ambos casos, nadie sabe las consecuencias de la separación".
Source: El Periódico (Spain)
http://www.elperiodico.com/es/noticias/ocio-y-cultura/entrevista-preston-guerra-civil-comic-jose-pablo-garcia-honoris-causa-5193493
Sobre Catalunya, l'autor d''El Holocausto español' defensa el dret de la gent a opinar i a expressar la seva voluntat
Viñeta de la adaptación al cómic de 'La guerra civil española', de Paul Preston, por el dibujante José Pablo García. |
Anna Abella (@annaabella66)
Lunes, 13 de junio del 2016 - 19:36 CEST
Paul Preston: "Es alucinante que el Gobierno no admita que la dictadura fue ilegítima"
Portada de la adaptación al cómic de 'La guerra civil española', de Paul Preston, por el dibujante José Pablo García. |
Preston prepara un libro que se centra en la violencia social -que menguó con la democracia-, la corrupción y la incompetencia de los políticos desde la Primera República hasta hoy. "En las dos últimas no se ha evolucionado", certifica el hispanista, que ve "alucinante" que aún tengamos "un Gobierno que no admite que la dictadura fue ilegítima y que Franco fue compañero de Hitler y Mussolini". "Lo más grave -añade- es que la mitad de la población no quiere reconocer las cosas espantosas que pasaron y de las que hablé en 'El Holocausto español".
Preston es claro sobre el entierro de la ley de memoria histórica por parte del PP: "Fomentar el olvido es fomentar la ignorancia y ningún gobierno debe fomentar la ignorancia de sus ciudadanos". "¿Por qué hay tanto franquismo en España? Porque durante 40 años hubo una dictadura que hizo un lavado de cerebro nacional, con un control de los medios y un aparato que imponía el terror. Y la democracia no pudo hacer un contralavado porque la libertad de expresión implica que también el franquismo tiene derecho a expresarse".
CALLES FRANQUISTAS
"No se debe olvidar lo que hicieron Franco y sus asesinos -opina ante el debate de los símbolos franquistas-. Si una calle se llama general Yagüe no hay que cambiarla, sino escribir debajo: ‘Responsable de la matanza de Badajoz’. Hay que recordar salvando los sentimientos de las familias de las víctimas. Es vergonzoso que el Gobierno no haga algo con las fosas comunes".
Sigue Preston defendiendo la transición. "Hay quien la critica por no haber sido suficientemente revolucionaria, pero fue un pequeño milagro. Al morir Franco había auténtico terror. A las Fuerzas Armadas, que no nos defendían del enemigo exterior sino que buscaban al enemigo interior. Había 200.000 falangistas con licencia de armas, la guardia civil, los grises... La izquierda asumió un compromiso para el cambio porque aún había peligro".
Pero asume que se erró con el 'café para todos'. "El Estado de las autonomías se hizo con la ambición de diluir la nacionalidad catalana". "Luego, en el 2006 -sigue-, si Madrid no hubiera sido tan intransigente con la reforma del Estatut, se habría resuelto parte del problema de Catalunya. Yo estoy a favor del derecho de la gente a expresar su voluntad y opinar". En el caso de Escocia, admite que habría sentido "una gran tristeza" si se hubiera independizado. "Pero hay grandes diferencias. Allí no había trabas legales y el Gobierno inglés permitía la consulta. Aquí hay una Constitución escrita (que se puede reescribir). Escocia es una de las partes más pobres de Inglaterra y Catalunya una de las más ricas de España. Pero en ambos casos, nadie sabe las consecuencias de la separación".
Source: El Periódico (Spain)
http://www.elperiodico.com/es/noticias/ocio-y-cultura/entrevista-preston-guerra-civil-comic-jose-pablo-garcia-honoris-causa-5193493
Monday, May 23, 2016
Los árabes que lucharon contra Franco
El periodista palestino Najati Sidki |
La cinta, en su fase final de producción, reconstruye los pasos de un palestino que pagó su lucha en España con el destierro y la dispersión familiar
FRANCISCO CARRIÓNEl Cairo
fcarrionmolina
02/05/2016 19:45
"Vine a defender la libertad en el frente de Madrid. A defender Damasco en Guadalajara, Jerusalén en Córdoba, Bagdad en Toledo, El Cairo en Cádiz y Tetuán en Burgos". El periodista Najati Sidki, palestino y comunista, desembarcó en la España de 1936 con la determinación de luchar contra Franco y sus tropas moras. Su vida, marcada también por la II Guerra Mundial y la tragedia del pueblo palestino, centra ahora un documental que trata de rescatar del olvido a los cientos de árabes que se enrolaron en el bando republicano.
La cineasta egipcia Amal Ramsis (El Cairo, 1972) llegó hasta Sidki "por pura casualidad" tras una larga y a menudo infructuosa investigación que arrancó hace más de una década. "Leí un artículo sobre la participación árabe en la Guerra Civil y empecé a tirar del hilo. Salieron muchos nombres, fechas y lugares de llegada pero me faltaba una historia que proporcionara un enfoque personal", relata a EL MUNDO Ramsis desde un céntrico restaurante de El Cairo. Y entonces se hizo la luz. "En 2008 me topé con las memorias de Sidki y encontré el rostro que necesitaba la historia".
En pleno ensamblaje, el documental You come from far away (Venís desde lejos, en español) reconstruye los pasos del intelectual y secretario del Partido Comunista Palestino desde su viaje a la península ibérica en 1936 y ofrece testimonio de una realidad desconocida, sepultada por el terrible recuerdo de los soldados marroquíes del ejército de África que Franco sumó a su sublevación. "Sidki intentó dirigirse a ellos. Bajó al frente de Córdoba y les pidió que se unieran al bando republicano. Pocos le escucharon y los que lo hicieron no fueron bien recibidos", reconoce Ramsis, autora de documentales como Vida (2008), Prohibido (2011) y La estela de la mariposa (2014).
"Llegue -escribe Sidki en sus memorias- a la bella y espectacular Barcelona, la capital de Cataluña. Comencé a pasear por sus amplias avenidas. De repente, me encontré con un grupo de milicianos. Su jefe, creyéndome español, se acercó a mí y me dijo en castellano: '¿Por qué no te unes a nosotros?' Sonriendo le repliqué en francés: 'Soy un voluntario árabe y vine a defender la libertad en el frente de Madrid. A defender Damasco en Guadalajara, Jerusalén en Córdoba, Bagdad en Toledo, El Cairo en Cádiz y Tetuán en Burgos'".
Najati Sidki, con sus dos hijas.
El periodista -el nombre que puso voz a los listados de árabes que junto a otros miles de brigadistas extranjeros participaron en una contienda ajena- sobrevivió a la derrota y tuvo dos hijas que hoy son las albaceas de su memoria. "Llegué hasta Hind, su hija pequeña que vive en Grecia, y me di cuenta de que el testimonio era mayor de lo que había imaginado. La familia de Sidki condensa la historia del último siglo, desde la Nakba (la catástrofe que en 1948 supuso el exilio forzoso de al menos 750.000 palestinos de sus tierras) pasando por la II Guerra Mundial o la guerra civil libanesa", detalla la directora de la cinta.
Alcanzada por la retahíla de acontecimientos históricos que desfilaron por el siglo XX, la tragedia familiar de Sidki había permanecido hasta ahora escondida. "Ni siquiera estaba escrita. Este documental supone también un descubrimiento de esa vida marcada por el contexto político español", arguye Ramsis. Perdida toda esperanza de defender la República, Sidki tuvo que hacer frente a otro hundimiento. Su hija Dulia, nacida tres años antes del inicio de la refriega, creció en Moscú alejada de su familia. Durante más de 20 años el periodista apenas tuvo noticias de su primogénita.
"Sidki pagó así no estar de acuerdo con la posición del Partido Comunista Español respecto al colonialismo en el norte de África", desvela la documentalista. "Él era, por encima de todo, una mente libre. Hizo pública su opinión y fue castigado por ello. Le expulsaron del partido y jamás regresó a Rusia. Su hija mayor no pudo abandonar Moscú y solo volvieron a verse décadas después en Beirut, a la que llegó tras dejar Palestina en 1948 y donde vivió hasta la guerra civil. Terminó muriendo en Grecia junto a su hija pequeña", agrega Ramsis.
El documental reúne el relato de las dos hermanas en una contrarreloj contra el olvido. "Filmé material durante años. Investigué el fenómeno con una ayuda de la fundación Euroárabe en Granada y dejé congelado el proyecto durante la revolución egipcia. El año pasado recibí una llamada de la hija pequeña de Sidki. Me dijo: 'Si quieres terminar esta historia, tienes que ir a Moscú de inmediato porque mi hermana está perdiendo la memoria'", evoca la cineasta. En la capital de la extinta Unión Soviética se cerró el círculo. "Es la víctima de toda la historia. La que vivió el desarraigo y la que tiene una identidad mixta", admite Ramsis. Dulia, con 83 primaveras, ni siquiera balbucea el árabe.
Dulia, la hija mayor de Najati Sidki.
Las vicisitudes de Sidki y sus descendientes son solo un retazo de una crónica hilvanada por los más de mil árabes llegados de Argelia, Líbano, Marruecos, Arabia Saudí, Egipto o Irak que entrelazaron sus vidas al crudo destino de las dos Españas. Algunos cayeron en combate, otros desaparecieron y otros tantos regresaron a su tierra nativa. A todos les venció la desmemoria que dictaron cuatro décadas de dictadura. "Hay una anécdota acerca de esta participación árabe. En 2003 cuando un grupo de españoles partió hacia Bagdad para mostrar su solidaridad con el pueblo iraquí desconocían que había iraquíes entre quienes defendieron la república española", indica la realizadora. El filme, terminado de gestar en mitad de los fogonazos de los refugiados que llaman a las puertas de Europa, también invita a la reflexión.
"Sidki y sus camaradas árabes no vinieron como refugiados. No vinieron para solicitar asilo sino para apoyar a los europeos en su lucha contra el fascismo. Por aquel entonces las fronteras estaban abiertas para todo el mundo. No es solo un documental que trata de historia pasada sino que quiere hablar del significado de las fronteras antes y ahora y luchar contra los estereotipos que se asocian al mundo árabe. Estos rostros demuestran que hay gente que no pensaba en la religión y que trataban de hacer un mundo mejor. La solidaridad con el pueblo español también sirvió para la liberación de los árabes", concluye Ramsis.
Source: El Mundo (Spain)
http://www.elmundo.es/cultura/2016/05/02/57278d0d22601d95368b4670.html
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